¿Qué es Storytelling?: el truco para recuperar el asombro de tus clientes

Públicado el 24 de Noviembre 2022

Tabla de contenidos

¿Te has preguntado que es el Storyrelling?

Desde tiempos inmemoriales contamos historias y mitos para transmitir ideas, las historias nos ayudan a concebir el mundo a través de ellas y a generar respuestas a las preguntas que rondan nuestra cabeza.

Las personas estamos compuestas de historias, somos un entretejido de narraciones propias y ajenas. Podemos persuadir y convencer a conocidos y a extraños a través de ellas.

Cuando contamos una historia conectamos con la gente, compartimos pensamientos, sentimientos, emociones, valores y un mensaje.

La audiencia se siente identificada si el mensaje tiene un acto de superación, reto, deseo, desafío o un obstáculo que les permita verse reflejados en él.

Existe una herramienta que ayuda a conectar tus historias con tu audiencia, llamada Storytelling.

Su significado proviene de una expresión gringa compuesta por dos palabras Story (historia/cuento) Telling (contar). En resumen, es la habilidad de contar historias. 

Ahora te voy a guiar para que puedas aplicar tú mismo.

¡Comencemos el camino!

Podemos persuadir y convencer a conocidos y a extraños a través del Storytelling
Por contar

Pasos mágicos para hacer storytelling

Te prometo algo, esta no es la piedra filosofal del storytelling; sin embargo, es un guion   que suma, muchas experiencias reales que me han permitido crear historias auténticas, vibrantes y llenas de emoción.

En sus marcas, listos, ¡Empecemos! 

1. Identifica el hilo narrativo de tu marca

Tu marca tiene algo que contar; todos los días tus canales digitales hablan de infinidad de cosas sobre ti, hablas de tus productos, servicios, de tus clientes, de tu experiencia, hablas de donde estás parado y a donde quieres llegar.

La pregunta que debes hacerte es ¿Qué quiero que quede en la mente de mi audiencia cuando escucha mi historia?

Cuando tu marca tiene un propósito le estás otorgando una razón de ser.

También, estás definiendo el rumbo de tu negocio y manteniendo viva la llama de la inspiración cuando las cosas no marchen bien.

Además, tu marca tiene una personalidad, un tono de voz, unos valores y estos se deben de ver reflejados en tu relato.

El storytelling es información útil presentada en una narración, es lo que tu marca representa y se estimula con la pasión que impregna tu negocio.

2. Construye la estrategia de tu storytelling

De nada sirve crear una historia si no está conectada con un objetivo de negocio, aquí te sugiero:

  •  Identificar a tu audiencia: ¿Quién es? ¿Cuáles son sus principales retos, deseos y problemas?
  • Escoger cuál es el producto o servicio que soluciona el problema de tu cliente
  • Cuál es el objetivo de negocio que impacta tu historia. Ejemplo: que tu marca mejore su reputación, que te reconozcan, aumentar el número de ventas, fidelizar a tus clientes actuales.

Te aseguro que no le estás restando romance a tu storytelling. Lo estás integrando a tu estrategia de negocio para conseguir un impacto real en tus objetivos.

3. Crea la estructura de tu storytelling

Para contar una buena historia, lo primero que debes hacer es ponerte en los zapatos de la persona que te va a comprar. Construye un relato desde la experiencia y la realidad de esa persona.

El storytelling es una estructura ordenada, tiene inicio, nudo y desenlace y este es el esquema que permite fácilmente crear un gran relato.

Conoce algunos de los puntos más importantes:

Construye un mensaje:

Piensa en la idea que vas a comunicar, define con claridad el concepto que vas a transmitir.

Te recomiendo hablar de 1 sola cosa, cuando hablamos de muchas ideas perdemos la atención del usuario y el mensaje termina sin ser claro.

Aquí puedes hacer una lluvia de ideas de diferentes temáticas y empezar a pintar tu lienzo con palabras e imágenes.

Imagina el ambiente de tu historia

Juega con la imaginación de tu audiencia, brindarles un contexto, un ejemplo:

La instalación del internet en casa, las personas no adquieren internet solamente porque necesitan un servicio.

Lo compran porque quieren poder disfrutar del ambiente familiar mientras trabajan, estudian o comparten una serie con sus seres queridos.

Cuando creas un ambiente estás conectando a la persona con su necesidad emocional más relevante y les estás brindando una imagen mental de lo que tu producto o servicio puede hacer por ellos.

Crea un personaje

No tienes que volverte a Steven Spielberg para crear un protagonista que encarne tu historia, el personaje o héroe no necesariamente es una persona, puede ser también un concepto, una idea, un producto.

Lo particular del personaje es que está rodeado de hechos que lo hacen creíble y realista.

Tiene personalidad, tiene una vida trivial, toma café, escucha música, anda en bicicleta, entre más específicas sean las características de tu personaje, más cercano será

Tu usuario debe sentirse identificado con el/ella y debes generar un efecto espejo con tu audiencia para que despierte interés.

Crea un conflicto o el nudo de tu historia

Suena irónico, pero no hay historia sin drama y sin estrés, si tu historia no está pasando por un conflicto, pierde el poder cautivador.

Una buena historia convence, altera e impacta, esto es lo que generará interés en tu audiencia.

Ese desafío al que se enfrenta tu personaje es indirectamente al que se enfrenta tu audiencia y es allí cuando empatizas.

El conflicto debe ser complejo y real. De lo contrario no va a exigir la transformación del personaje, nadie puede entrar a tu historia volviendo a hacer el que es.

Inventa una moraleja para tu tu historia

El usuario no puede salir de tu mensaje sin quedarse con algo importante, este es el verdadero objetivo que debes buscar.

Tus historias deben generar un revolcón visceral, hacer que el usuario se cuestione, se emocione, se sacuda. De nada sirve contar una historia donde el protagonista no aprende nada.

Es ahí donde encuentras la premisa de tu historia, en la transformación.

El llamado a la acción

Finalmente, debes definir qué quieres que haga tu audiencia después de ver tu historia.

El llamado a la acción es el resultado de tu mensaje. ¿Quieres que te sigan? ¿Te compren? ¿Compartan tu contenido? Entre más claro sea este llamado, mejores resultados tendrás.

El storytelling y el marketing tienen una relación amorosa.

Shhh… no se lo digas a nadie, te estoy contando un chisme

Cuando utilizas el storytelling como herramienta para potencializar tu marca, le estás dando a tu marketing una plusvalía.

Tus estrategias de SEO, Pauta, email, redes, tendrán un enfoque emocional y te ayudará a captar la atención de tus clientes en un entorno tan competido como es internet.

Las empresas que utilizan storytelling entran en un universo mágico de creatividad.

Hace que lo complejo se vuelva simple, que podamos entender en nuestras propias palabras los dilemas de los demás, nos ayudan a ser concretos y a empatizar.

Las grandes marcas lo entendieron, solo es ver un comercial de Nike, de Apple, de Netflix para darnos cuenta de que estamos sumergidos en una historia eterna de deseos y miedos que finalmente se satisfacen con un producto o servicio que nos ayudará a darle respuesta a nuestras inquietudes como consumidores.

Las historias son como el beso, un lenguaje universal.

No importa el idioma, las creencias o la cultura, estamos entretejidos por mitos y relatos que forjan lo que somos.

Son una extensión de nuestra memoria y  nos da una visión diferente del contexto porque  nos  ayudan a mejorar la calidad de la perspectiva desde otros ángulos.

Por eso el storytelling y el marketing tienen una estrecha relación, porque se complementan como vehículo y  mapa para llegar a una dirección.

Podemos tener diferencias, pero las emociones son como el hilo rojo que nos conecta.

Tipos de Stoytelling

Una buena historia convence, altera e impacta. Para crear buenas historias debes tener en cuenta algunas cualidades.

Son memorables: Una buena historia se queda en la mente del público, genera recordación, influyen y dejan huella. Su mensaje causa tal impacto que influye en el entorno y deja una impresión duradera.

Son entretenidas: A esto no me refiero con humor, las buenas historias envuelven, no importa su intención. Mantienen viva la llama, como aquella serie de la que no te puedes despegar porque necesitas ver el final, así haya por delante 6 temporadas más.

Son emocionantes: No importa el idioma, la raza o el credo, la emoción es universal. Todos sentimos rabia, miedo, alegría, asco, tristeza, sorpresa, así que define muy bien cuál es la emoción que vas a despertar en tu audiencia cuando narres tu historia.

Son educativas: Las buenas historias suman, no puedes salir de una sin aprender algo nuevo, por eso tu historia debe tener un objetivo claro, para que quien la escucha, la lee o la ve, tenga una experiencia que transforme.

Son entendibles: Las buenas historias nos ahorra calorías mentales, básicamente no nos hacen pensar mucho, simplemente nos envuelve, el mensaje es tan simple que las podemos hacer con frases cortas, largas, letras, palabras. Tienes que evitar que los clientes se desconecten de tu mensaje por confundirlos y empezar a encauzarlos a la acción.

La narración es una forma de vida, un lenguaje y una forma de arte a la vez.

¿Te animas a crear tu storytelling? Escribe.

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Ximena Villalobos
Ximena Villalobos

Creo fielmente que las marcas y las historias entretejen realidades. Especialista en Marketing

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